martes, 29 de abril de 2008

Pasado, presente y futuro de los clubes de ST: All Good Things...

Los clubes han sido un elemento clave para articular el trekdom español, pero la realidad cambiante les ha obligado a evolucionar y a redefinir sus funciones. Parte de las sonoras disputas que han tenido lugar recientemente entre clubes y alrededor de las convención anual se pueden entender en base al cambio que ha tenido lugar, y que no ha terminado. Este artículo pretende hacer un pequeño análisis de la evolución del asociacionismo trekkie en España, y me aventuro finalmente a predecir una inminente segunda evolución, que nos volverá a llevar a los orígenes.

En el Estado español fueron apareciendo clubes de Star Trek durante los años 90. Y la realidad de entonces determinaba para qué servían los clubes. Evidentemente, tenían la función de agrupar gente que compartiera la afición. ¿Pero cómo? Pues en los 90, una función importante de los clubes era ser un nodo de acceso a material e información de Star Trek. Recordemos, que no somos tan jóvenes: había series enteras de Star Trek que en España eran prácticamente desconocidas, apenas había Internet, no había e-mule, no había packs de DVD, y así tantas otras cosas. Por eso, los clubes eran un canal para acceder y compartir información, donde reunirse para visionar capítulos de series no estrenadas en España, compartir cintas, cómics, libros, etc. El propósito era reunir a los aficionados, el pretexto era acceder a "la droga", de la que los clubes hacían de "nodo subministrador" (ruego disculpéis la metáfora).

Pero el mundo evoluciona. Hoy, a finales de la primera década del siglo XXI, en un mundo global, con Internet, e-mule, packs de DVD, canal por satélite... acceder a material audiovisual de Star Trek es más fácil que nunca, la información fluye al instante, y se puede comprar merchandising por Internet con enorme facilidad. Además, los foros de Internet y otras herramientas de red social permiten a los aficionados establecer contacto entre ellos sin intermediarios, organizando quedadas y similares, creando comunidades virtuales.

Por supuesto, la función esencial de los clubes no ha cambiado ni cambiará, la de ser un punto de encuentro entre personas, pero la alternativa digital, los foros, está allí, y aunque no es tan "real", es muy cómoda. En cualquier caso, la realidad cambiante ha obligado a los clubes a evolucionar, y desde hace años vemos múltiples muestras de ello. A resultas de ese mundo más global e interconectado, la función de los clubes como nodos de acceso a material de Star Trek se desvanece, y es necesario plantear otro tipo de actividades, otros "pretextos". Por un lado, se refuerzan las actividades puramente sociales (ir al cine, cenas...), las actividades más creativas (fan films, elaboración de disfraces y decorados, revistas...), aumentan las clásicas partidas de rol, etc. Y por otro, los clubes empiezan a definirse entorno a su actividad proyectada al exterior: webs, blogs, y sobretodo, las convenciones.

Resulta bastante obvio que en los últimos años la cantidad de esfuerzo y atención que los clubes han destinada a la convención anual ha ido en aumento. Esto es, a mi entender, consecuencia de esa evolución que han tenido que experimentar los clubes, han encontrado otro elemento que les da sentido. Para seguir siendo, se han implicado cada vez más en las convenciones, cosa que tiene aspectos positivos y también negativos. Hemos podido apreciar recientemente lo que ocurre cuando toda esa implicación se ha mezclado con disensiones. Y eso nos lleva a preguntarnos de nuevo por el futuro.

Si el proyecto del club estatal llega a buen puerto, y esperamos que así sea, es seguro que una de sus principales funciones será la de organizar la convención anual. Entonces, los clubes perderán un elemento que les ha definido, y se verán obligados a una "segunda evolución". Sin ser necesarios para que la afición acceda a la "vitamina", con una modesta pero existente competencia por parte de los foros, y quedando al margen de organizar la convención, la única opción que quedará será reforzar su función social más básica: unir la gente, tejer redes personales fructíferas. Para esto, será útil profundizar en aquellas actividades más creativas, para las que una organización es necesaria. Y aunque todas las cosas buenas tengan un final, el fin de una etapa será el principio de otra. Con un poco de suerte, nos espera un futuro de fan-films divertidos, atrezzos majestuosos, buenas revistas, mejores libros, apetecibles comilonas y esplendorosas juergas, entre otras. No se lo pierdan.

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